Lolita Iguanita se come las uñas y sueña con ojos de pájaro, a veces le sobran paletas y juega con el labial que aviva.
No sabe pastar. Sus amigas no toman café y se va en las mañanas con su maraña de dedos de tinta y papel bond.
No sabe pastar. Sus amigas no toman café y se va en las mañanas con su maraña de dedos de tinta y papel bond.
Su casa de cuartos solemnes permite bailar a la gente de noche y con vestido de plumas chillonas sonríe fumando y bebiendo martiny.
No le molesta el insomnio, ni el cebo, ni la caña que la hacen moverse entre cuerpos algosos de pez y estanques de humo y alcohol sudoroso.
Lolita no quiere correr por la tarde, las noches son largas. Iguanita a la luz de las sombras forma figuras salvajes, animales. Un par y otro par; piernas, ojos, espalda, cabello.
Placer.
Angélica Amilamia Estrada.
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