jueves, 16 de septiembre de 2010

La Tijuana-basura.

Martín salió de su casa decepcionado, levantó sus camisas de la puerta y se limpió  las lágrimas. Terminó de escuchar las maldiciones de su santa señora Gertrudis y dispuso a marcharse. Prendió su cigarro delicado y se llevó bajo los brazos las almohadas que generosamente su mujer le propinó. Caminó por las calles empedradas del Pípila y se vió sorprendido por varios perros de la calle. Los niños corrían con las manos enmugrecidas de cal, cerca de la construcción del nuevo supermercado en la colonia.
Martín se acomodaba el cabello lustroso y cano, se quedó inmovil al mirar pasar los días de insomnio. Recordaba las putas que se le ofrecían los días feriados de las calles de la zona centro, recordaba el alcohol que le llenaba la garganta de calor áspero y fiestoso; tenía presentes los golpes hacia "sus mujeres", dos pequeñas y una vieja gorda de cabellos avainillados y manos temblorosas, la misma que desde la ventana lo despedía con escupitajos llenos de rencor. No esperaba que su único lugar en el mundo se conformaría de las sobras de lo que un día tuvo, jamás creyó que cenaría cerca de los perros que tanto detestaba. Se sentó y esperó su comida, acomodó los cartones mientras esperaba que su vaso del "macdonals" se llenara de monedas, le prendió fuego a su cigarro y se acostó mirando al cielo. Sintió un líquido caliente correrle por la espalda, lo lamió y era jugo de naranja, lo lamió y lo sintió en su lengua gustoso y emancipado, regresó a su posición inicial, contempló el cielo con los ojos más abiertos y lloró, lloró como el desecho que era y se dió cuenta que ya había oscurecido cerca de los moscos triperos que le hacían compañía.
Hoy que son ya las 8:33 pm. del día 14 de noviembre,  Martín le da la bienvenida resignado y melancólico a lo que ya era su hogar, en medio de la peste humana y los cadáveres más denigrantes que eran depositados junto a los desechos tóxicos y comida caducada. Lo miró todo y se dió cuenta de que él mismo conocía la basura más detestable y humillante, la cual no era terrenal.

Angélica Amilamia Estrada.

3 comentarios:

  1. Al principio pensé que el personaje principal era un niño chiquito, y eso me agradó. Creo que me puedo imaginar a tu personaje y está curada tu cuento. Hay algunas oraciones que pueden re ordenarse para que se acomode mejor a la hora de leerlo en voz alta. Pero esta cool.

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  2. Ciao! tu estilo me gusta, te identifico al leerte, aunque al principio no me quedaba muy claro,quizas haya que trabajar un poco más la ubicación de los tiempos.

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  3. Recuerda que el hombre puede afirmarse y reincorporarse en los mitos que crea la realidad, en el mito de la representación intuitiva. Se anhela lo que no se tiene pero que se deja atrapar: la voluntad mítica en la crisálida actual.

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